PERÍODO DE VALIDEZ | |
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PRESENTACIÓN | Vestigio de la civilización musulmana |
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Podemos datar el comienzo de la construcción del castillo aproximadamente en el siglo X (período califal) y su ampliación en el siglo XIV (período nazarí). Se reutilizaron materiales de construcción de algún edificio romano cercano, como lo atestiguan (en la calle Trinidad) la presencia de tres capiteles jónicos, utilizados como simples piedras.
El castillo es el más importante vestigio de la civilización musulmana que se conserva en el centro de Marbella y se inserta en el entramado urbano de lo que se ha denominado Centro Histórico. Se cita como el “Castillo de Madera” cuando su historia comienza a interesar a finales del s. XVIII en la obra de “Conjeturas de Marbella” de Pedro Vázquez Clavel, decir que dicha obra es tratada como una fábula.
Este nombre vendría justificado por la existencia de unas balsas o estanques cuya función sería la de depósito de troncos en un complejo fabril fenicio. Una vez sofocadas las revueltas iniciadas en el siglo IX, Abderramán III mandó construir, a mediados del siglo X, una serie de fortalezas con el objeto de prevenir futuros levantamientos, controlando el territorio y, en el caso de las costeras, también como prevención de posibles ataques norteafricanos. La fortaleza de Marbella se construyó pues con una doble finalidad: controlar el territorio y servir de vigilancia y defensa costera.
En su construcción encontramos una mezcla de materiales y métodos de construcción. Se observan capiteles romanos empotrados en una de las torres y de otros materiales como sillares de la obra califal, piezas romanas en el alzado de torres reformadas.
Todos estos hallazgos sitúan fechas diferentes de construcción pero la mayoría apoya que los trabajos encontrados coinciden en su traza califal, sin entrar a valorar la suposición de una construcción anterior. Las fortalezas califales cumplían también un papel propagandístico como símbolo de pacificación y de atracción urbana frente a la dispersión rural.
Sus murallas, estuvieron jalonadas con diez torres (puede que once), de las que conocemos algunos de los nombres con las que las designaron los conquistadores cristianos:
Los accesos principales se efectuaban por la Calle Carmen o Cuesta del Castillo, una entrada en recodo que comunicaba la fortaleza con la medina. Un segundo acceso, clausurado en el siglo XVI, correspondía a la Puerta de Santa Catalina.
Tras la capitulación del municipio, el 11 de junio de 1485, la fortaleza servirá para el control de la zona; hasta llegar al año 1492, final de la guerra, en que sus funciones serán de vigilancia de la costa, sufriendo ligeras obras de reparación. Debido a la distancia que separa el castillo de la playa y al uso de la artillería, a partir del siglo XVIII éste deja de tener valor estratégico, entrando aquél, en un período de decadencia. En el año 1735 se elaboró un proyecto para su restauración.