La Mezquita-Catedral de Córdoba fue designada como Patrimonio de la Humanidad en el año 1984 después de ser considerada el monumento de mayor importancia de todo el Occidente islámico y huella fundamental de las diferentes culturas que han pasado por ella, además de constituirse como un palimpsesto de diversos estilos artísticos que hacen de este edificio algo único en la Historia del Arte Universal.
En un primer momento, en torno al siglo VI d.C., los visigodos construyeron una basílica cristiana dedicada a San Vicente a orillas del del río Guadalquivir, templo que con la llegada de los musulmanes doscientos años después, se transformó en la impresionante mezquita aljama de la ciudad construida sobre la mayor parte del solar de la antigua basílica. Cuatro siglos más tarde, cuando el rey Fernando III conquistó la ciudad de Córdoba en el año 1236, se volvió a convertir en catedral cristiana, función que sigue realizando en la actualidad.
Tradicionalmente la mezquita de Córdoba se ha interpretado como un recinto compuesto de tres espacios diferenciados: un patio porticado con fuentes donde se realizaban las abluciones antes de entrar al templo, un alto alminar desde el cual el almuédano llamaba a los fieles a la oración cinco veces al día y una inmensa sala de oración decorada con el mar de arcadas bicolores que se ha convertido en la imagen icónica del templo, donde los fieles seguidores de Mahoma recitaban el Corán y realizaban sus liturgias.
La sala de oración, a su vez, se divide en cinco zonas según las ampliaciones que se han llevado a cabo en el oratorio a lo largo de la historia. El primer proyecto lo realizó Abderramán I levantando once naves orientadas hacia el sur y reutilizando algunos restos arquitectónicos romanos y visigodos. La segunda ampliación fue llevada a cabo por Abderramán II que añadió ocho naves y construyó un nuevo muro de quibla. La tercera modificación corrió a cargo de Abderramán III alargando el patio y el alminar. El cuarto cambio y el más significativo, lo realizó el califa Al Hakem II al construir doce tramos más, introducir nuevos motivos ornamentales y crear la maqsura, el lugar preferente donde se sitúa el imán o el califa durante las ceremonias religiosas. Por último, la quinta y última modificación fue llevada a cabo por el general Almanzor levantando ocho naves más pero con diferente orientación ya que hacia el sur no se disponía de más espacio constructivo.Posteriormente, tras la conversión de la mezquita en catedral en el siglo XIII se le fueron añadiendo una serie capillas funerarias que modificaron la estructura del conjunto. Una de las más significativas fue la Capilla Real erigida a principios del siglo XIV donde se puede contemplar una bella síntesis arquitectónica de las influencias almohades y nazaríes en las yeserías murales y en la bóveda cubierta por coloridos mocárabes. Un siglo después, los Reyes Católicos ordenaron la construcción de la Capilla Mayor junto al lucernario de Alhakén II y su nieto, el gran Emperador Carlos V, encomendó el proyecto de levantar la actual Catedral al arquitecto Hernán Ruiz, labor que no se va a ver concluida hasta dos siglos después.
Otros puntos de interés cercanos son el Alcázar Real, las Caballerías Reales y el Puente Romano.
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