El Faro de Roquetas de Mar se construyó en el año 1863 en las proximidades del Castillo de Santa Ana con el objetivo de señalizar la zona de costa a los barcos que se aproximaban. Este faro estuvo funcionario como lucernario y vivienda de la persona que se encargaba del recinto portuario de la ciudad hasta el año 1942, momento en el que el propietario del inmueble, la Empresa Pública de Puertos de Andalucía, firmó un convenio con el Ayuntamiento de Roquetas de Mar para ceder a la ciudad este edificio y destinarlo a fines culturales.
Este bello edificio se erigió en un lugar estratégico del litoral a las afueras de la ciudad para que su luz no se confundiese con las del resto de la urbe al anochecer, pero con el desarrollo turístico de esta localidad, dejó de ser viable su función ya que quedó como una luz más y los barcos no eran capaces de diferenciarlo. En un primer momento, durante el siglo XIX, la instalación contó con una lámpara de aceite de oliva para hacer las llamas de luz, y en el siglo XX fue cambiada por lámparas de parafina y petróleo, para conseguir una luz bastante más potente.
El faro consta de planta rectangular con una linterna en su zona superior compuesta por un polígono de doce caras por donde se refleja la luz, su altura es de casi diez metros y se alza a 19 metros sobre el nivel del mar. Al perder su uso a mediados del siglo XX, fue cedido al Ayuntamiento de Roquetas de Mar que se encargó de acometer una importante restauración en el inmueble gracias a los fondos otorgados por la Unión Europea para tal fin. En la actualidad, es una de las sedes culturales de la localidad donde se realizan diferentes exposiciones y muestras durante todo el año.
Otros lugares cercanos son el Puerto Pesquero, el Castillo de Santa Ana y la Playa de la Bajadilla.
De lunes a domingo de 18:00 a 21:00.
A cuatro minutos a pie desde el Puerto Pesquero.
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